Las mujeres empezaron a trabajar en las industrias y cambiaron su forma de peinarse y de vestir. La moda se revolucionó hasta límites insospechados. Fue en éstos años cuando aparecieron los primeros bañadores de una pieza, fabricados en lana tejida, la influencia de la moda masculina en la femenina fue otra de sus características.
Las jóvenes estaban obsesionadas por bailar el charlestón al son frenético de Bix Beiderbercke, vestidas con medias hasta el muslo, zapatos con tira en forma de T y faldas cortas, lo complementaban con brazaletes, pañuelos, sombreros y plumas. Normalmente se llevaban tres tonos para conjuntar, armonizar y para contrastar con el vestido.
Destacan los vestidos tipo charlestón, con volantes y flecos, combinados con largos collares de perlas.
Gracias a los diseñadores este estilo a llegado hasta nuestros días.
El maquillaje:
El fondo de maquillaje era de tono marfil o muy claro, los labios se delineaban y se rellenan con colores muy vivos, el más común era el rojo.
Se utilizaba un lápiz de ojos negro tanto en la parte exterior como la interior del ojo sin difuminarlo. El párpado móvil se pintaba con sombras negras o muy oscuras. Para darle mayor volumen se utilizaba mascara de pestañas en abundancia o se ponían unas postizas.
Para finalizar el maquillaje se ponían un lunar negro al lado del ojo o del labio.
El peinado:
El peinado por excelencia de los años 20 era corto, en capas y ondulado con los llamados“finger waves” junto al estilo “Bob”. En estos tipos de corte se utilizaba la espuma para fijar bien las ondulaciones y darle forma. Con espuma se moldea el pelo con pequeños rizos pegados a la cabeza. Este tipo de peinados se acostumbran a llevar a las bodas porque son muy elegantes y femeninos.
